El Hotel Eolo, tan lejos y tan cerca: así se ubica dentro de la geografía patagónica. La propiedad donde se encuentra, una estancia de 4.000 hectáreas, está próxima a los mayores íconos del Sur -la Cordillera de los Andes, los lagos, los glaciares- y a la vez está inmersa en el silencio ventoso de la estepa.
Accesible y a la vez exclusivo, Eolo ofrece dos experiencias simultáneas e inusuales en El Calafate. Por un lado, es posible vivir el paisaje mediante la experiencia directa: el hotel tiene actividades únicas para aquellos huéspedes que quieran hacer trekking, cabalgatas, mountain bike y avistaje de aves dentro de la propiedad. Por otro lado, los viajeros pueden recorrer el horizonte con la mirada y entregarse al privilegio del vacío, pero sin abandonar el confort del hotel. Los amaneceres, los atardeceres, la salida de la luna, los infinitos colores del cielo: todo está a la vista desde la cama, el restaurante o cualquiera de los otros espacios comunes que replican, paredes adentro, la simpleza dominante del paisaje.